Decenas de activistas se congregaron este lunes frente a la Embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México para manifestar su rechazo a las políticas antimigratorias y proteccionistas del presidente Donald Trump, quien asumió un nuevo mandato presidencial en la Casa Blanca. Durante el acto, los manifestantes denunciaron lo que calificaron como abusos y violaciones a los derechos humanos de los migrantes.
En un gesto simbólico, los manifestantes golpearon y quemaron una piñata con la figura de Trump, hasta que el fuego la consumió. Según María García, activista presente en la protesta, este acto se ha convertido en un símbolo de resistencia desde el primer mandato de Trump en 2017.
“La quema de la piñata representa nuestro repudio hacia las políticas abusivas que afectan a miles de migrantes. No podemos permitir que continúen estos atropellos”, señaló García.
Además, mencionó que México está preparado para enfrentar las posibles deportaciones masivas anunciadas por el gobierno estadounidense. Según la activista, existen programas implementados de forma transversal entre instituciones gubernamentales y organizaciones civiles para apoyar a los migrantes que regresen al país.
“Estos programas, como la tarjeta paisano, están diseñados para garantizar servicios médicos, acceso al trabajo y documentación. Nunca habíamos visto un esfuerzo tan integral”, destacó.
La unidad de los migrantes: una respuesta inesperada
Marsha Beya Rubyn, comisionada de Derechos Humanos y Migración para las Américas y el Caribe del Consejo Académico Mundial, enfatizó que las políticas de Trump han generado una respuesta de unidad entre los migrantes de diversas nacionalidades.
“Nuestros hermanos migrantes son héroes que aportan trabajo e impuestos a la economía de Estados Unidos. Trump no se da cuenta de que, con sus medidas, está logrando algo inesperado: la unión de todos los migrantes del mundo”, declaró Rubyn.
Marcha paralela en defensa de los derechos humanos
Simultáneamente, se realizó una marcha en la Ciudad de México, en la que miles de personas recorrieron las principales calles de la capital alzando la voz contra las políticas discriminatorias del gobierno de Trump.
La marcha, integrada por diversos frentes populares, tuvo como principal recorrido la avenida Paseo de la Reforma, concluyendo frente a la Embajada de Estados Unidos. Los participantes corearon consignas en defensa de los derechos humanos y exigieron el cese de las medidas que, según señalaron, afectan a migrantes y deterioran las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.
Las protestas de este lunes dejaron claro que las comunidades migrantes y sus aliados no están dispuestos a permanecer en silencio ante las políticas que consideran inhumanas. La unidad y la resistencia se han convertido en las principales herramientas para enfrentar las medidas que impactan tanto en la vida de los migrantes como en las relaciones entre ambos países.
