La decisión sorprendió al sector político y militar: SEMARNAT niega a SEDENA construcción de base en Quintana Roo tras detectarse afectaciones a más de 45 mil metros cuadrados de selva y ausencia de permisos ambientales. En Cambio Diario Tabasco te trae los detalles.
Un choque entre defensa y medio ambiente
El proyecto contemplaba la edificación de una instalación operativa en el sur de Quintana Roo, donde la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) buscaba reforzar la seguridad de la región. La base iba al sur de Tulum, en el municipio de Othón P. Blanco. Sin embargo, la revisión técnica de impacto ambiental reveló irregularidades: deforestación inicial sin autorización y carencia de estudios completos que demostraran medidas de mitigación.
Con ello, la Semarnat no solo frenó las obras, sino que estableció un precedente: ningún organismo, ni siquiera militar, puede actuar por encima de las normas ambientales.
SEMARNAT niega a SEDENA construcción de base: postura oficial
Durante la presentación de los informes, la titular de la dependencia, Alicia Bárcena, fue clara al subrayar que el respeto al medio ambiente es innegociable. Aseguró que el crecimiento de la infraestructura nacional debe alinearse con la protección de los ecosistemas, especialmente en zonas de alta biodiversidad como Quintana Roo.
El caso escaló rápidamente en la opinión pública porque el proyecto había iniciado trabajos preliminares sin el aval requerido. En palabras de la funcionaria, “no se puede pedir permiso después de derribar la selva”. Esta postura fue respaldada por especialistas que recordaron que, de abrir la excepción, se correría el riesgo de sentar un precedente peligroso para futuros desarrollos.
La mirada de los organismos de vigilancia
No solo la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tuvo voz en la decisión. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) intervino para documentar la afectación en el terreno. Sus reportes confirmaron que la selva removida forma parte de un corredor biológico vital para especies locales.
El expediente refleja la tensión creciente entre seguridad y conservación: mientras una institución busca garantizar la integridad territorial, otra vela porque los proyectos no erosionen el patrimonio natural. El caso se convierte así en un espejo de las contradicciones que enfrenta México en su camino hacia un desarrollo equilibrado.
Lo que significa este freno
Más allá del episodio puntual, lo que se plantea es la capacidad del Estado para coordinarse sin sacrificar legalidad ni ecosistemas. Con esta resolución, SEMARNAT niega a SEDENA construcción de base y deja claro que las reglas ambientales no son negociables, aunque una de las partes sea resulten ser las fuerzas armadas de nuestro país.
El dilema, sin embargo, no desaparece. Las comunidades locales esperan seguridad, pero también protección de los recursos que sostienen su vida cotidiana. La solución, como señaló Bárcena, tendrá que pasar por la búsqueda de alternativas que permitan abarcar ambos frentes.